lunes, 4 de octubre de 2010

03 YA SOY GRANDE


Mi mamá dice que amanecí mejor y me trajo el desayuno a la cama. Me trajo un pan con cecina y la mamadera con leche.
—Cuando te mejores bien, vas a empezar a tomar leche en taza, porque ya eres grande —dijo mi mamá.
¿Pero ayer era pequeño y ahora soy grande? No entiendo, parece que uno crece de repente, y cuando se cumplen cinco años, uno crece un montón.
Es bueno ser grande, porque puedo mandar a los demás y hacer lo que quiera. Pero no puedo mandar a mi papá ni a mi mamá, porque ellos son más grandes que yo. Mi mamá me dijo que puedo mandar a mis juguetes y a mi gato. Pero mi gato no está para mandarlo.
¿Dónde estará mi gato? Lo extraño mucho.
Parece que tengo que ser grande como mi papá, para mandar y hacer todo lo que quiera. Mi papá es más grande que mi mamá, por eso la manda. Quiero ser más grande que mi papá para poder mandarlo.
Los gigantes, mandan a todo el mundo, pero yo no quiero ser tan grande, porque la comida que hace crecer no me gusta. Los gigantes tienen que haber comido mucha comida que no les gusta, para ser tan grandes.
¿Por qué hay personas que crecen para el lado y no para arriba?
Mi mamá dice que los gordos comen por dos, por eso engordan.
Y si como por dos, ¿aparecerá otro niño igual que yo? ¿Así se hacen los gemelos? ¿Pero cómo se separan para que se queden dos hermanitos? ¿Pero los hermanitos no los trae la cigüeña? No entiendo.
Mi mamá me regañó, porque pregunto mucho.
Cuando como, hago fuerza con el cerebro, para que la comida se me vaya a los músculos, para ser igual que los hombres fuertes que salen en la tele.
Mi mamá dice que los porotos dan mucha fuerza, no me gustan mucho, pero me los como igual, para tener mucha fuerza en los brazos. La fuerza tiene olor, cuando como porotos, al tratar de levantar la mesa del comedor, a veces se me sale la fuerza por atrás.
Los niños crecen, pero los papás no crecen, nacen grandes. Cuando yo nací, mis papás ya eran grandes.
¿De dónde vendrán los papás de uno?

Continuará...